25 de junio de 2010

El Arca Rusa y Elegía de un viaje de Aleksandr Sokurov

El Arca Rusa (Russkiy kovcheg) es una película dirigida por el director ruso Aleksandr Sokurov en 2002. Realizada en video de alta definición, y en un continuo sin cortes, consta en su totalidad de un plano secuencia o una sóla toma. El narrador, permanentemente ausente en su forma física y materializado en una voz en off (voz del director) posee el mismo punto de vista que el espectador y la cámara. Recorre el Museo Hermitage de San Petersburgo y la historia de Rusia durante varios siglos, de manera no lineal y a través de las diferentes salas, acompañado por un personaje, "el Europeo", un viajero del siglo XIX, que sí es visible e invita a la materialización de "el fantasma" narrador.

La película ofrece un escenario único como es el museo Hermitage, con una puesta en escena cercana al teatro, de luz cálida y color intenso. A través del recorrido por diferentes salas del museo, los dos personajes dialogan sobre la historia de Rusia, sus zares, producciones culturales en el esplendor y decadencia aristocrática, acercándose y alejándose de la historia común europea mediante los puntos de vista de los dos personajes. Con una visión particular de los acontecimientos, los personajes que guían el viaje se mantienen en una curiosa relación de interacción, a veces invisibles y otras dialogantes, con otros personajes que habitan el museo, algunos reales y otros ficticios (fantasmas de la época que recrean hechos trascendentes), mostrando un ambiente en ocasiones mágico. En la última parte, se recrea un gran acontecimiento, el baile real celebrado en honor al zar Nicolás II en 1913, poco antes de la revolución bolchevique.

Este recorrido, crítico con la aristocracia rusa, ofrece una narración diferente tanto en su forma como en su contenido, apareciendo en ocasiones como una recreación del recuerdo o la memoria y otras, como un pasado en presente real.



Elegía de un viaje (Elegiya dorogi) es un mediometraje documental del mismo autor en 2001. El documental esta guiado por un narrador, ausente de nuevo, que realiza un ejercicio de memoria a través de los espacios, tiempo y personas que comparten su recorrido. Las imágenes que aparecen de forma muy plástica y pictorica, preceden en ocasiones los pensamientos expresados por el narrador. Un viaje narrado, vivido y retrospectivo en el tiempo a través de diferentes espacios europeos.

Mientras que la narración se muestra como un contínuo, las imágenes viajan por diferentes espacios y se suceden a través de lo narrado. Las fronteras, cultura, la sociedad unida y enfrentada son algunos de los temas que propone en esta película. Con emociones a veces verbales y otras sensitivas, nos invita a recorrer las bases inmutables y compartidas por los seres humanos.

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